viernes, 28 de septiembre de 2007

El balanceo .... flotar

Los trapecistas describen cada segundo en el que dejan una vara del trapecio y alcanzan la otra, como un punto muerto. En un fugaz momento están en un estado de flotación, entre el final del anterior estado y el comienzo de la nueva acción. Es en ese instante de un segundo en el que nace el nuevo salto.

Lo mismo ocurre en nuestro ser cotidiano. Cuán a menudo en una hora, en un día, en una semana nos encontramos en ese flotar entre el actuar y el no actuar, entre saber y no saber.? Aunque se trate de un susto repentino o de un duro y cerrado trato siempre hay momentos de incertidumbre, en los cuales no sabemos que viene después. Cómo reaccionamos entonces? Quizá en forma impulsiva, sin reflexionar en todas las posibilidades y consecuencias Quizás nos volvemos hacia nosotros mismos y no actuamos o ignoramos la situación. Quizás nos preocupamos y estamos inseguros sobre qué hacer o no hacer y nos volvemos locos pensando en ello.

Es igual como reaccionemos, mientras solo estemos dominados por el miedo y la angustia de poder atrapar la próxima vara del trapecio, sin haber vivido previamente el momento del no actuar, con plena atención, mientras no estamos totalmente presentes ni tampoco abiertos hacia las incontables posibilidades que se encuentran en cada situación.

Que es lo que hace tan difícil mantenernos en ese estado de incertidumbre? Para la mayoría de nosotros la sola representación de que nuestra vida no está bajo control nos asusta. Quizás por un corto instante, quizás también durante horas o días experimentamos que nuestros patrones de identidad consistentes en palabras, pensamientos, y comportamientos no son más útiles para darnos a nosotros sentimientos de seguridad. Entonces ya no hay nada más de donde aferrarse. Ninguna red de seguridad. Siendo dominados por el sentimiento de inseguridad y de vulnerabilidad, sintiendo la amenaza y un profundo miedo, comenzamos a negociar para recuperar nuestros sentimientos de control de la situación. Pero para qué queremos el control nuevamente ?

Que sucedería, si usáramos esos momentos con todas sus oportunidades y con toda nuestra atención presente nos preguntamos, ¿de qué estamos huyendo?

Que pasaría si nos permitiéramos, experimentar ese instante en profundo silencio; totalmente con el ser de aquello que se aparece, pensamientos simplemente percibidos como pensamientos y observáramos cuán fuerte es nuestra necesidad de creer o de destacar aquello que se nos muestra; aceptar la intensidad y disminución de las emociones y los constantes cambios de nuestras sensaciones corporales.

Con la simple observación y total atención de lo que es, podríamos experimentar que todo está en orden y que simplemente se trata de SER –sin buscar en el conocimiento. Sólo cuando nosotros estemos totalmente despiertos en el momento presente se nos será permitido sumergirnos en la autentica sabiduría.

Mientras no nos permitamos permanecer en el "punto muerto" nos amacaremos eternamente en la misma hamaca del trapecio ida y vuelta, y giramos con las mismas palabras, pensamientos y acciones en círculo.

Aunque cambiáramos nuestro entorno – pareja , trabajo, y forma de vida quedaría siempre el mismo balanceo. En lugar de actuar de acuerdo a la verdad del instante presente, reaccionamos siempre automáticamente, para protegernos de amenazas imaginarias. La inseguridad es difícil de sobrellevar pero es el portal de la sabiduría. Todo el tiempo en que nos sentimos inseguros tenemos la posibilidad de abrirnos. Tal como lo saben los artistas del trapecio debemos sobrevivir al punto muerto para prepararnos a una nueva posición, de esa manera podremos poco a poco aprender y adaptarnos a las nuevas condiciones en lugar de luchar contra ellas. Cuando nuestra atención deja de fijarse en el pasado y el futuro puede concentrarse en el instante. Nuestro actuar salta entonces en un espíritu abierto y flexible. Experimentamos un profundo saber, que emerge de aquello que está delante nuestro. Entonces solo debemos estirar nuestros brazos y alcanzar la barra del trapecio, cuando éste se nos acerque.

Diane Razzeto

Cuatro secretos para ser feliz

Lo que más deseamos en la vida es la felicidad. Pero en ocasiones saboteamos nuestros esfuerzos para alcanzarla.

La felicidad no es un destino a donde se llega, sino es la manera de caminar por la vida. Sin embargo, de manera extraña, en el trayecto podemos tropezar con dos problemas graves: algunos seres humanos tienen miedo de ser felices y muy pocos saben exactamente qué desean.

Si quieres vencer estos dos obstáculos y pertenecer al selecto grupo de gente feliz, te sugerimos seguir cuatro pasos para lograrlo.

1- Desmantela tu armadura

Con frecuencia tememos ser felices y saboteamos nuestras ilusiones porque pensamos que no merecemos la felicidad y nos da miedo tratar de alcanzarla.

La forma más sencilla y frecuente de protegernos y mantenernos a salvo es construir una armadura de acero en la que encerramos nuestros sueños y deseos para que nadie pueda alcanzarlos ni destruirlos. Y, por supuesto, el resultado es que jamás damos un solo paso para hacerlos realidad.

Acepta que al reprimir tus sueños no los proteges, sino que impides que se realicen. Haz esfuerzos verdaderos para convertirlos en realidad. Esta decisión te puede llevar a correr algunas desilusiones y desengaños; pero también te llevará a éxitos que de otra manera no lograrías jamás.

2-Conéctate con los deseos de tu corazón

Haz un"cita" contigo mismo para explorar cuáles son los sueños y los deseos que duermen en el fondo de tu corazón. Considérala y trátala como la cita más importante de tu vida. Si lo consideras necesario, asiste a ella con libreta y pluma en mano. Anota cuanta idea se te ocurra sobre lo que deseas, aunque te parezca absurda.

Cuando no tenemos idea de cuáles son nuestras metas en la vida ni sabemos cómo alcanzarlas, es una buena idea ayudar al cerebro a realizar esta exploración. Lo importante es que logres conectarte con lo que tu corazón anhela realmente y que llegues a vislumbrar los diferentes caminos por medio de los cuales podrías alcanzarlo. De este modo, te será más fácil empezar a dar los pasos necesarios para convertir ese sueño en realidad.

Los esfuerzos que hagas llenarán de interés tu vida y te harán probar las primeras mieles de la felicidad.

3-Reconoce tu propio poder

Todos somos mental y físicamente capaces de hacer lo que nos proponemos; los límites los ponen nuestro miedo y nuestra imaginación. Y todos merecemos el éxito, como merecemos el amor y la felicidad. Desafortunadamente, para muchos es más fácil decir ´no puedo´; y todos solemos creer en nuestras propias palabras.

Así que para conquistar la felicidad, empieza a practicar una actitud positiva, a fomentar la confianza en ti mismo y a decir ´sí puedo´, a todos los retos que te vaya planteando la vida. Muy pronto descubrirás que puede hacer cosas de las que antes te sentías incapaz.

4-No tomes precauciones como pretextos

Algunos temores son buenos. Ser precavido y cauteloso es una virtud cuando se conduce un automóvil, se tienen hijos pequeños y se desea evitar cualquier tipo de accidente. Pero cuando el miedo te impide lanzarte en busca de tus sueños, ha llegado el momento de deshacerse de él.

En las decisiones importantes de la vida los temores y pretextos deben dejarse a un lado y debe imponerse el valor para correr ciertos riesgos, porque se necesita determinación para perseguir y alcanzar los grandes sueños.

Para ser feliz hace falta honradez para seguir el camino correcto en su consecución y para no estropearla con la mentira o el egoísmo. Pero, ¿cómo sé en cada momento que estoy siendo honrado con las personas que realmente me importan? El problema que se nos plantea es el de reconocer el tipo de amor apropiado -cuál es la manera correcta de amar-, y distinguirla de un amor equivocado -que pueda terminar destruyendo aquello que uno ama.

Denis Derivet

¿Por qué la gente se enfada contigo?

NO SE ENFADA, en realidad te tiene miedo.
La gente emplea todo tipo de estrategias.
Es el miedo el que mantiene cerradas a las personas.
No pueden oír...tienen miedo de oír.
Al estar enfadado intenta hacer que sientas miedo: antes de que te des cuenta de su temor, trata de provocarte miedo. La única manera de conseguirlo es causándote temor; entonces se siente completamente relajado. Tu tienes miedo y él no...y no hay nada que temer de alguien
que tiene miedo.
Su ira es un esfuerzo por engañarse. No tiene nada que ver contigo.

Un pájaro al viento

He oído esto: un buhonero fue detenido y llevado a juicio. Vendía sin permiso. Era nuevo en la ciudad, pero sabía que hacía falta un permiso. Había algunas otras personas ante el magistrado; tres mujeres que también habían sido detenidas. Eran prostitutas que carecían de permisos. Realmente, éste es un mundo maravilloso: los gobiernos emiten permisos hasta para la prostitución. Fueron detenidas sin sus permisos, de modo que el magistrado le preguntó a
la primera mujer:
-¿Qué dices? ¿Quién eres y qué haces?
-Soy modelo -respondió.
Mentía. El magistrado la sentenció a treinta días de trabajos forzados.
Le preguntó a la segunda mujer.
-Se debe haber cometido un error. Es un error que me hayan detenido; soy actriz.
El magistrado la condenó a sesenta días.
Miró a la tercera mujer. Ésta dijo:
-Señor mío, soy una prostituta.
El magistrado no podía creer que una prostituta fuese tan veraz, que nadie pudiese confesar con tanta veracidad.
-La autenticidad se ha vuelto tan rara que me has conmovido. Nunca encontré a nadie que diga la verdad. Ve, te perdono. No te castigaré en modo alguno.
Llegó entonces el turno del buhonero. El magistrado preguntó:
-¿Qué hacías?
-Seré franco: yo también soy una prostituta.

Eso es lo que ocurre: caras, caras falsas en todas partes, engaño.
Ni siquiera eres consciente de cómo engañas ni de a quién engañas.
No hay a quien engañar; te engañas a tí mismo al tratar de escapar, al tratar de esconderte.

Osho-Un Pájaro al Viento.
Págs. 89,90

Tu eres una perla ...

La ostra se aferraba a la piedra. Ella no conocía nada más y tampoco necesitaba otra cosa para ser feliz. Amaba a esa piedra más que a su propia vida, aunque nunca recibía nada de ella, allí estaba, fiel, imponente, enamorada. ¿Por qué dependes tanto de mí?, un día le preguntó la piedra. "Nunca llegarás a ser nada". La ostra era temerosa, y la mayoría de las veces hacía que no oía. ¿Por qué te aferras a mí si no te amo? volvió a preguntar la piedra. La ostra no respondía.

Cierta mañana, la piedra solicitó los servicios de un alcatraz. Le pidió herir de muerte a la ostra con su pico, y así podría despegarla y hacerla caer a lo más profundo. Sucedió entonces lo inevitable. Y sin explicación alguna, y con ayuda de un tercero logró la piedra su objetivo. El alcatraz hirió de muerte a la ostra y la corriente se la llevó muy lejos. Desesperada, triste y herida creyó morir. Solo podía recordar las únicas palabras que recibía de aquella piedra. "No llegarás a nada".

Sin hacer más, esperó que la muerte la arropara, su sufrimiento era mucho. Lo que no sabía, es que en su interior ocurría un cambio, cuando un granito de arena penetró en el agujero dejado por el alcatraz y fue envuelto por su propio nácar, y este a su vez lo convirtió en perla.

Pero no era una perla cualquiera, era la más bonita y jamás imaginada en el mundo.

Su herida, bien había valido la pena. A veces, las heridas son necesarias para crecer, y sacar ese brillo especial que llevamos en nuestro interior. La vida, son las paredes donde colgamos nuestras cicatrices, que a su vez son diplomas que nos hemos ganado a través de nuestra existencia. Dirás entonces: ¿un diploma de tonta? No, un diploma de humildad, de esos que te hacen grande. Todo lo que necesitas está dentro de ti misma. Solo cree en ti. Hay gente de piedra, tú eres una perla.

Las pruebas y los sufrimientos

El dolor te prepara para la alegría.
Arrastra violentamente fuera de tu casa
todo lo que hay en ella para que la nueva
alegría tenga espacio para entrar.
Agita las hojas amarillas de la rama de tu
corazón para que en su lugar crezcan hojas
nuevas y verdes.
Arranca las raíces podridas para que las raíces
nuevas ocultas debajo tengan espacio para crecer.
Siempre que un dolor agite tu corazón, llegará algo
mejor para reemplazarlo.

El arte de morir

"Cuando una experiencia -una reunión de amigos, unas vacaciones, que tus hijos crezcan y se vayan de casa- llega a su fin, mueres un poco.
Si puedes aprender a aceptar, e incluso a dar la bienvenida a los finales de tu vida, tal vez descubras que el sentimiento de vacío, que inicialmente te pareció incómodo, se convierte en una sensación de espacio interno que es profundamente apacible.
Aprendiendo a morir diariamente de este modo, te abres a la Vida."

Hoy ...

Me sorprendí rompiendo papeles viejos, y sacudiendo cajones, hurgando en mi pasado y echando a la basura lo que en algún momento guardé y ahora lo tiro. Mis cajones llenos de notas, papelitos, pilas viejas, agendas caducadas, mil cosas que en otro momento atesore, para que el día de hoy los tire a la basura.

Guardamos compulsivamente, por si en algún momento lo necesitamos, y al pasar los años nos damos cuenta que vivimos rodeados de cosas sin utilidad,recuerdos vanos, aferrándonos a ellos por si algún día los vamos a ocupar. Un boleto del metro, que fácilmente tiene 15 años, y la verdad yo no me subo al metro desde hace como 10, la garantía de una grabadora que ya ni existe,el manual de un televisor que le regale a mi madre hace mas de 10 años, notas de supermercado, vouchers, tarjetas de felicitación, y la invitación a una boda de gente que ni conozco, llaveros, etc...

Tire tantas cosas que llene dos cajas grandes, que se fueron directo a la basura, por fin, el orden, y el espacio suficiente para cosas nuevas que algún día serán parte de mi pasado, y que probablemente nunca las llegue a ocupar. Me doy cuenta que también he atesorado sentimientos que nunca pienso ocupar,como el odio, el celo, la ambición desmedida, el egoísmo, y que ahora me encuentro echando a la basura junto con ese par de cajas con recuerdos, quedando más espacio para la compasión, la paciencia, el amor y el perdón.

Teniendo orden en la casa y orden en mis sentimientos siempre queda más espacio para llenarlo con lo mejor de nosotros, para llenarlo de amistad y de comprensión que, en el camino de la vida, nos servirán más que cualquier tesoro. Es importante tener en orden todo, primero un gran lugar para DIOS, después otro para la familia y los amigos, todo con sus prioridades. Pero es muy importante mantener una vacante, siempre limpia y disponible en todo momento, porque nunca sabremos cuando la vamos a necesitar, en algún momento o en algún lugar tal vez alguien requiera de ese espacio en nuestro corazón para encontrar alivio a sus penas y reconfortarse en un corazón amigo, con la confianza de que quien lo escucha sabrá comprenderlo para compartir sus penas y alegrías.

Bien, hoy es un buen día para limpiar los cajones y poner nuestras cosas en orden, empezando por nuestro corazón.

Desconozco el autor, pero me parece buena la reflexión y el mensaje.