miércoles, 24 de octubre de 2007

Aprendiendo en libertad

La autoridad, "el que sabe", no tiene cabida en el aprender. El educador y el estudiante están ambos aprendiendo, a través de la especial relación mutua que han establecido; pero esto no quiere decir que el educador descuide el sentido de orden en el pensar. Ese orden no es producido por la disciplina en la forma de enunciaciones afirmativas del conocimiento, sino que surje naturalmente cuando el educador comprende que en el cultivo de la inteligencia tiene que haber un sentido de libertad. Esto no significa libertad para hacer lo que a uno le plazca o para pensar con espíritu de mera contradicción. Es la libertad en la que al estudiante se le ayuda a darse cuenta de sus propios impulsos y motivos, los que se revelan a través de su cotidiano pensar y actuar.

Una mente disciplinada nunca es libre, ni puede ser libre jamás una mente que ha reprimido el deseo. Es sólo mediante la comprensión de todo el proceso del deseo como la mente puede alcanzar la libertad. La disciplina limita siempre a la mente a un movimiento dentro de la estructura de un sistema particular de pensamiento o de creencia, ¿no es así? Y una mente semejante jamás está libre para ser inteligente. La disciplina genera sumisión a la autoridad. Provee la capacidad para desempeñarse dentro del patrón de una sociedad que requiere habilidad funcional, pero no despierta la inteligencia, la cual posee su capacidad propia. La mente que no ha cultivado otra cosa que la capacidad por medio de la memoria es como la moderna computadora electrónica la cual, si bien funciona con habilidad y exactitud asombrosas, sigue siendo solamente una máquina. La autoridad puede persuadir a la mente para que piense en una dirección particular. Pero ser guiada para pensar a lo largo de ciertas líneas o en los términos de una conclusión previa, no es pensar en absoluto; es funcionar meramente como una máquina humana, lo cual engendra descontento irreflexivo que acarrea frustración y otras desdichas.

Estamos interesados en el desarrollo total de cada ser humano, en ayudarlo a realizar su más alta y plena capacidad propia -no alguna capacidad ficticia que el educador tiene en vista como un concepto o un ideal-. Cualquier espíritu de comparación impide el florecimiento pleno del individuo, ya sea que se trate de un científico o de un jardinero. La más plena capacidad de un jardinero es igual a la más plena capacidad de un científico, cuando no hay comparación; pero cuando la comparación interviene, surgen el menosprecio y las relaciones envidiosas que crean conflicto entre hombre y hombre. Como sucede con el dolor, el amor no es comparativo; no puede ser comparado con lo más grande o lo más pequeño. El dolor es dolor, como el amor es amor, ya sea que exista en el rico o en el pobre.
J.Krshnamurti - El arte de vivir

Las vasijas

Una anciana mujer china tenia dos grandes vasijas, cada una en el extremo de una vara que colgaba de su cuello.

Una de las vasijas tenía una grieta mientras que la otra estaba perfecta y siempre cargaba una provisión completa de agua. Al final del día, después de la larga caminata del arroyo a la casa, la vasija agrietada solo llevaba la mitad de agua.

Por dos años esto estuvo sucediendo, con la mujer trayendo solo vasija y media de agua. Desde luego, la vasija perfecta estaba orgullosa de sus logros, mas la otra estaba avergonzada de su imperfección, sintiéndose miserable de que solo podía hacer la mitad de lo que se esperaba hiciera.

Después de dos años de percibida amarga falla, hablo con la anciana cuando estaban por el arroyo: “Estoy avergonzada de mí, porque por la grieta en mi costado se cae el agua hasta llegar a tu casa."

La anciana sonrió, "¿Te has fijado en que hay flores a tu lado del camino, mas no en el lado de la otra vasija?”Eso es porque siempre sabido de tu defecto, así que planté semillas de flores en tu lado del camino, y cada día mientras regresamos a casa, tu las riegas."

"Durante dos años he podido recoger estas hermosas flores para decorar mi mesa. Sin ti siendo exactamente como eres, no habría esta hermosura embelleciendo mi casa."

Cada uno de nosotros tiene una particularidad. Y son las grietas y los defectos que tenemos lo que nos hace que vivir juntos sea tan interesante y gratificante. Solo tienes que tomar a cada persona por lo que son y ver lo bueno que hay en ellos.

Así, que amigos, tengan un gran día y recuerden oler las flores del camino.

Conclusión, cuenta lo que tienes y olvida lo que te falta, pues esto significa que tienes lo justo para hacer la diferencia en tu vida y en la de los demás.

Esta historia me la compartió mi amigo Joel Gómez de Toluca, México

martes, 23 de octubre de 2007

Un pájaro al viento


Cuando dices ser propietario de algo, ¿a quién se lo estás disputando? El todo le pertenece al todo; una parte no puede pretender adueñarse del todo. La parte ni siquiera puede pretender ser dueña de la parte. Todo reclamo es agresión. De modo que aquellos que poseen no pueden estar en contacto profundo con lo divino.
Ser no-posesivo no significa que no debas vivir en una casa. Vive en una casa, pero agradécele al todo, a lo divino. Úsala, pero no la poseas. Si puedes usar las cosas sin poseerlas, te habrás convertido en un sannyasin.
Estos seguidores de Nansen han abandonado el mundo pero sus mentes los han seguido como sombras. Ahora, disputan por la propiedad de un gato. Todo el asunto es estúpido. Pero la mente es estúpida. La mente nunca deja de buscar excusas para pelearse con alguien. ¿Por qué la mente siempre busca pelea? Porque al pelear, el ego se refuerza, se vuelve más fuerte. Peleando, ganas ego; si no peleas, el ego desaparece.
Tanto Mahavira como Buda insistían en la necesidad de la no violencia. El motivo básico era que no hay que pelear. Una vez que dejas de pelear, el ego no puede existir. El ego existe en el pelear; es una consecuencia del pelear. Cuanto más pelees, más existirá el ego. Si te quedaras sólo en el mundo y no tuvieras con quién pelear, ¿tendrías ego? No, no lo tendrías. Para crearlo, se requiere al otro; el otro es imprescindible. El ego es una relación, no algo que está en ti. Reuerda, el ego no está en ti, no está localizado en tu interior. Siempre está entre tú y el otro; en algún lugar de ese intervalo, existe el pelear.
Hay dos tipos de relación: una es la del pelear, temer, odiar, ésta crea ego; la otra es de amor, compasión, afinidad. Ésos son los dos tipos de relación. Donde sea que esté el amor, cesa la pelea, el ego se hace a un lado. Por eso no puedes amar. Es difícil, porque amar significa dejar caer el ego, dejarse caer uno mismo. El amor significa no ser.
Osho-Un Pájaro al Viento.
Págs. 255,256

lunes, 15 de octubre de 2007

El gentil arte de Bendecir

Al despertar, bendice este día porque ya está inundado del bien inesperado que será atraído por tus Bendiciones; porque bendecir es reconocer el bien ilimitado que está enclavado en la textura misma del universo y que nos espera a todos.
Al pasar al gente por la calle, en el autobús, en los lugares de trabajo y juego, bendícelos. La paz de tu bendición los acompañará en su camino y el aura de su gentil fragancia será una luz en su camino.
Al encontrarte y hablar con la gente, bendice su salud, su trabajo, sus relaciones con Dios, consigo mismos y los demás. Bendícelos en su abundancia, en sus finanzas; bendícelos en cada forma concebible, porque tales bendiciones no solamente siembran las semillas de la sanación, sino que algún día florecerán como flores de dicha en los huecos de tu propia vida.
Al caminar bendice la ciudad donde vives, en fin bendice a todo lo que ves y sientes y principalmente es de suma importancia que bendigas a la Madre Tierra, porque te permite caminar sobre ella, te provee de las plantas, las flores, de todo lo lindo que te presenta la naturaleza.
Bendice el aire que respiras, ya que sin aire en pocos minutos dejas de existir. Bendice el sol, el viento, también la lluvia que es necesaria para alimentar a la tierra.
Fundamentalmente acostúmbrate a bendecir a todo lo que comes, tomas o ingieres de alguna forma. Bendice a todos los seres que ayudaron a crear lo que es tu alimento, sin olvidar por supuesto a la Madre Tierra que hace que el mismo pueda surgir. Bendice a los animales que se ofrecen para que los puedas usar como tu alimento, sabiendo que ellos lo hacen por amor hacia ti y consideran su misión el brindarte tu sustento.
Al momento en que alguien exprese la menor agresión o falta de bondad hacia ti, responde con una bendición; bendícelos total, sincera y jubilosamente, porque tales bendiciones son el escudo que los protege de la ignorancia de sus propios malos actos y desvía el mal que te hayan dirigido.
Bendecir significa desear el bien incondicional, total e irrestricto para otros y para los eventos, desde el manantial más profundo en las recónditas cámaras de tu corazón: significa santificar, reverenciar, contemplar con extremo respeto todo lo que siempre es un regalo del Creador. Aquel que está santificado por tus bendiciones es puesto aparte, consagrado, santo, íntegro.
Bendecir es invocar la protección divina, pensar o hablar con agradecimiento, conferir felicidad, aunque nosotros mismos nunca somos los agraciados sino simplemente los dichosos testigos de la abundancia de la vida.
Porque bendecir todo sin discriminación alguna es la máxima forma de dar, porque aquellos a los que bendices nunca sabrán de dónde provino el súbito rayo de sol que estalló a través de las nubes de sus cielos, y rara vez serás testigo de la luz del sol que brilla en sus vidas.
Cuando tu día esté de cabeza y algún evento inesperado destroce tus planes y a ti también, estalla en bendiciones porque la vida te está enseñando una lección, y el mismo evento que creías indeseable, tu mismo lo llamaste, así que para aprender la lección contra la que te sientes frustrado, bendícela.
Las pruebas son bendiciones disfrazadas y huestes de ángeles acompañan su camino. Bendecir es reconocer la omnipresente belleza universal oculta a los ojos materiales; es activar la ley de atracción, la cual desde los más lejanos confines del universo, traerán a tu vida exactamente lo que necesitas experimentar y disfrutar.
Es imposible bendecir y juzgar simultáneamente, así que mantén constantemente como un profundo, consagrado y cantarino pensamiento el deseo de bendecir, porque entonces verdaderamente brindarás paz, amor y alegría a tu entorno.
HAZ QUE TU VIDA SEA UNA BENDICIÓN PARA TI MISMO Y PARA TODOS LOS DEMÁS.

viernes, 12 de octubre de 2007

Cómo recuperar tu poder interior

Tener fuerza o poder interior es realmente el único modo de poder adaptarnos a un ritmo de vida, que cambia día a día, sin que nos volvamos locos. Esperamos que los demás cambien cuando el secreto está en empezar a recuperar nuestro poder interior.

¿Quién más que uno mismo tiene poder sobre si?
¿Quién tiene el poder de pensar en nuestra propia mente?
¿Acaso alguien puede impedirnos elegir tener pensamientos de prosperidad, puede alguien impedirnos actuar desde el amor, puede alguien frenarnos en aumentar nuestra propia felicidad?
Nadie puede obligarnos a tener ideas negativas, tristes, catastróficas, dañinas,…Pues nadie se puede meter en nuestra cabeza, ni tampoco sentir por nuestro propio corazón.
Durante siglos hemos buscado el Poder fuera; en los padres, en los dioses, en los superiores, en los reyes, en los sabios, en magos, en la medicina, en la religión,… Ahora entendemos que el poder solo lo encontraremos dentro de nosotros mismos, en nuestro interior.
Dentro de todos y cada uno de nosotros brilla un poder interior que se expande en función de nuestras vivencias y comportamientos. Él nos guía natural y amorosamente hacia la salud perfecta, la pareja perfecta, la profesión perfecta y nos ofrece la prosperidad en todo aquello que deseamos.
Nuestro poder interior es el motor de nuestra felicidad
Amarnos a nosotros mismos es reconocer esa guía, es crecer con esa luz y hacer que se expanda libremente desde nuestro interior hacia su fuente, el mismo universo.

El peligro reside en el OLVIDO de Quienes somos y qué hemos venido a hacer en este rincón de universo; que tipo de sentimientos hemos venido a experimentar, como seres humanos, a compartir y expandir en este mundo. El peligro reside en olvidarse de que todo este viaje ha sido programado y deseado por nuestra esencia divina.
Abandonarnos es darle la espalda a esta Realidad. Olvidarnos de ser felices es convertirnos en seres prisioneros de la incapacidad (no soy capaz de esto, no voy a lograr lo otro, no me merezco esto, esto no es para mí…), en victimas de los demás (si mis padres se hubiesen comportado de otra forma, si mis hermanos me hubiesen entendido,…), nos convertimos en ciegos ante nuestra propia responsabilidad. En inválidos a la hora de aumentar nuestro propio poder interior. Nos convertimos en el renegado ante nuestro único guía interior. Negar nuestras capacidades nos convierte en victimas. Entonces surgen: el desamor, la rabia, el resentimiento, la tristeza, el dolor, la enfermedad y todo sentimiento de incapacidad, de autocrítica,…como llamadas de atención para decirnos: ¡ojo, que no es por ahí! ¡Qué eso no te hace feliz!
¿Y cómo puedo amarme a mismo?

La única forma de amarnos es aceptarnos tal y como somos, con nuestras rarezas, defectos, fallos, conscientes de que nuestra evolución está encaminada…Somos hijos del Universo; y este no nos juzga ni nos critica. Solo quiere lo mejor para nosotros.
¿Y tú, acaso quieres lo mejor para ti?

Si el Universo no nos juzga ni nos critica, ¿Por qué lo hacemos nosotros?
¿Quiénes somos nosotros para juzgarnos, castigarnos, privarnos si el Universo mismo no lo hace?
Algunos pasos para recuperar tu poder interior
  • Asumir nuestra responsabilidad: somos los únicos responsable de nuestra felicidad. De nada sirve mendigar a otros que nos hagan felices, ni tampoco culpar a otros y responsabilizarlos de nuestra propia infelicidad. Por mucho daño que nos hayan podido hacer solo nosotros tenemos la llave de nuestros pensamientos y sentimientos. Solo nosotros somos responsables de perdonar. Esto es un acto propio del único corazón del que disponemos. Aquí se encuentra la verdadera liberación del agredido y el verdadero poder interior.
  • Atreverse a expresar nuestros sentimientos: durante siglos hemos sido enseñados a que expresar emociones era cosa de débiles o de maleducados. La expresión de la rabia ha sido crudamente censurada, especialmente en la mujer. La tristeza y el llanto resultan insoportables para la mayoría: cuantas veces habremos visto a adultos animando a un niño que se ha hecho daño, a callarse y cortar su llanto, cuantas veces les podemos escuchar diciendo: no es nada. Pero al niño le duele. Reconocer el dolor lleva a tranquilizarse o tranquilizar al otro. Negar el dolor es automáticamente aumentarlo. Negar es un modo de enseñar, y así se nos ha enseñado, que las emociones, los dolores, no importan, no son nada. Y así aprendemos a tragar en vez de sacar y limpiar.
¿Cuántas emociones habremos tragado con los años…?
¿Cuántas emociones reprimidas llevamos con nosotros cada día
¿Cuánto daño nos hacemos expandiendo así el malestar por no enfrentarlo y sacarlo?
  • Reprogramar nuestra mente: para recuperar nuestro poder interior con nuevos pensamientos de valía y merecimiento alegra a nuestra más potente herramienta que es el corazón.
  • Devolverle su guía la hace renacer:
    Me merezco lo mejor y ahora lo acepto.
    Soy una y la misma cosa con el Poder que me ha creado.
    Me amo y me acepto exactamente tal y como soy.
    La felicidad corre por mi vida como la sangre por mis venas…
    Realizar afirmaciones cada día es una eficaz forma de reorientar nuestras convicciones sobre nosotros mismos, la Vida…
Ahora elijo detectar e identificar los obstáculos que me señalan mi equivocación, que me sugieren el nuevo camino que puedo tomar.
Me autorizo a salir de las situaciones que puedan frenar mi vivencia de la felicidad. Estoy a salvo viendo crecer, día a día, mi poder interior.
Autor: Victoria Vinuesa

miércoles, 3 de octubre de 2007

Reflexión de Pablo Neruda

Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tu has hecho lo que querías en tu vida. Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.

Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tu siempre has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado así como la causa de tu futuro será tu presente.
Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y mas en tu trabajo y tus problemas sin eliminarlos morirán. Aprende a nacer desde el dolor, y a ser mas grande que el mas grande de los obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte y dejaras de ser un títere de las circunstancias porque tu mismo eres tu destino.
Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer.
TU eres parte de la fuerza de tu vida; ahora despiértate, lucha, camina, decídete y triunfaras en la vida; nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.
Pablo Neruda

El libro del Ego - Osho

Cuando se triunfa en el mundo resulta muy difícil parar. Resulta difícil parar cuando te estás enriqueciendo, cuando te estás haciendo famoso. Cuanto más refinada sea la personalidad, más se afianza. Por eso no digo que tengas que mejorar. Desde Buda a Hakuin, ninguno de los grandes maestros ha hablado de que haya que mejorar. Ojo con los llamados «libros para mejorar» de «desarrollo personal». El mercado está lleno de esos libros, y hay que tener mucho cuidado con ellos, porque esa mejora no te llevará a ninguna parte. No se trata de mejorar, porque con mejorar solo se consigue aumentar la mentira. Mejorará la personalidad, se pulirá más, se hará más sutil, más valiosa, pero eso no equivale a la transformación. La transformación no se produce mejorando la personalidad, sino abandonándola.

La mentira no puede convertirse en la verdad. No hay forma alguna de mejorar la mentira para que se convierta en la verdad. Siempre seguirá siendo la mentira. Parecerá cada día más la verdad, pero seguirá siendo la mentira. Y cuanto más verdad parezca, más te absorberá, más arraigará en ti. La mentira puede parecer hasta tal punto la verdad que es posible olvidarse de que en realidad es mentira.

La mentira te dice: «Ve en busca de la verdad. Mejora tu carácter, tu personalidad. Busca la verdad, transfórmate en esto, transfórmate en lo otro». La mentira no para de ofrecerte nuevas actividades: haz esto, y todo irá bien y serás feliz para siempre. Haz esto, haz lo otro. ¿Que esto falla? No importa; tengo otros planes para ti. La mentira no para de ofrecerte planes, y tú sigues esos planes, malgastando tu vida.

En realidad, la búsqueda de la verdad también procede de la mentira. Resulta difícil de comprender, pero es algo que hay que comprender. La búsqueda de la verdad deriva de la propia mentira. Es la forma de protegerse que tiene la mentira; si incluso te ofrece la búsqueda de la verdad, ¿cómo puedes sentirte a disgusto con tu personalidad? ¿Y cómo puedes decir que es mentira? Te empuja, te arrastra a ir en busca de la verdad. Pero la búsqueda significa ir a otro sitio, mientras que la verdad está aquí y la mentira te impulsa a ir allá.

La verdad dice «ahora», y la mentira «entonces» y «allí». La mentira siempre se refiere al pasado o al futuro, nunca al presente. Y la verdad es el presente, este mismo momento, ahora mismo. De modo que el primer «tú» es la mentira, la actuación, la pseudopersonalidad que te rodea, la cara que ofreces a la galería, la falsedad. Es un engaño. La sociedad te lo ha impuesto y tú has colaborado en ello. Tienes que dejar de colaborar con esa mentira de la sociedad, porque solo cuando te quedas al desnudo eres tú mismo. Todos los ropajes son un invento social. Todas las ideas y las identidades que crees poseer son un invento social, algo que te han creado los demás. Y tienen sus motivos para hacerlo. De esta forma se aprovechan de ti sutilmente. Te explotan.

La auténtica explotación no tiene un carácter económico ni político; la auténtica explotación es la psicológica. Esa es la razón por la que todas las revoluciones han fracasado. ¿Cuál es esa razón? Que no han indagado en la explotación más profunda, la psicológica. Solo intentan cambiar lo superficial. Si una sociedad capitalista se vuelve comunista, no hay ninguna diferencia. Si una democracia se convierte en dictadura, o si una sociedad dictatorial se hace democrática, da igual: no existe ninguna diferencia. Son cambios superficiales, un blanqueado, pero en lo más profundo la estructura sigue siendo la misma.

¿En qué consiste la explotación psicológica? La explotación psicológica consiste en no permitir que nadie sea uno mismo, que nadie sea aceptado tal y como es, que no se respete a nadie. ¿Cómo respetar a las personas si no las aceptamos como son? Si les impones cosas y después las respetas, lo que respetas son tus propias imposiciones. No respetas a las personas como son, no respetas su desnudez, ni su espontaneidad, no respetas sus sonrisas y sus lágrimas de verdad. Solo respetas el fingimiento, las pretensiones. Lo que respetas es la actuación.

Tienes que abandonar por completo este primer tú. Freud contribuyó en gran medida a que la humanidad tomara conciencia de la falsedad de la personalidad, de la mente consciente. Su revolución es mucho más profunda que la de Marx, su revolución es mucho más profunda que ninguna otra. Profundiza mucho, pero no se extiende lo suficiente. Llega al segundo tú, al tú reprimido, instintivo, inconsciente. Se trata de todo lo que la sociedad no ha permitido, de todo lo que la sociedad ha metido a la fuerza en tu ser y allí lo tiene encerrado. Solo aparece en tus sueños, en metáforas, o cuando estás borracho, cuando no tienes control sobre ti mismo. El resto del tiempo está lejos de ti, y es más auténtico, no es falso.

Freud hizo mucho para que el hombre tomara conciencia de ello, y las psicologías humanistas y sobre todo los grupos de encuentro, de desarrollo personal y similares han contribuido enormemente a que se tome conciencia de todo lo que grita en nuestro interior, de lo que ha sido reprimido, aplastado. Y en eso consiste la parte vital. Esa es la vida real, la vida natural. Las religiones la han condenado, calificándola de parte animal, la han condenado al considerarla el origen del pecado. No es el origen del pecado, sino de la vida, y no es inferior a lo consciente. Es más profunda que lo consciente, sin duda, pero no inferior.

Y no hay nada de malo en lo animal. Los animales son hermosos, como los árboles. Viven desnudos, con sencillez. Aún no los han destruido los sacerdotes y los políticos, aún forman parte de Dios. Solo el ser humano se ha extraviado. El hombre es el único animal anormal sobre la faz de la tierra, mientras que los demás animales son normales. De ahí su alegría, su belleza, su salud, de ahí su vitalidad. ¿No os habéis fijado? ¿No habéis sentido envidia al ver un pájaro en pleno vuelo? ¿Cuando un ciervo corre a toda velocidad por el bosque? ¿No habéis sentido envidia de esa vitalidad, de la pura alegría de la energía?

Y con los niños... ¿no habéis sentido envidia de los niños? Quizá por la envidia condenáis el infantilismo, una y otra vez. Cuánta razón tiene Montague al afirmar que en lugar de decir: «No seas infantil» deberíamos empezar a decir: «No seas adultil». Tiene toda la razón del mundo, y yo estoy de acuerdo con él.

Un niño es hermoso, mientras que un adulto es la fealdad misma. El adulto deja de fluir, se bloquea. Se queda inmóvil, como muerto. Pierde brío, pierde entusiasmo; se limita a arrastrarse. Se aburre, no tiene sentido del misterio. Nunca se sorprende de nada, porque ha olvidado el lenguaje del asombro. Para él ya no existe el misterio. Dispone de muchas explicaciones, pero el misterio ya no existe para él. Por consiguiente, ha perdido la poesía, la danza y todo lo que da significado a la vida, todo lo que aporta el sabor de la vida.

Este segundo «tú» es mucho más valioso que el primero, y precisamente por eso me opongo a todas las religiones, a todos los sacerdotes, porque se aferran al primero, al más superficial. Vayamos al segundo, pero el segundo tampoco supone el final, y ahí es donde Freud se queda corto. Como también se queda corta la psicología humanista: si bien profundiza un poco más que Freud, no profundiza lo suficiente como para llegar al tercer «tú».

En ti existe un tercer «tú», el tú auténtico, la cara verdadera, que sobrepasa los «túes» primero y segundo. Lo trascendental, la «budidad», la conciencia pura, sin fisuras, sin divisiones. El primer tú tiene un carácter social; el segundo, natural; el tercero, divino. Y un momento: no digo que el primero no resulte útil. Si existe el tercero, el primero se puede emplear. Si existe el tercero, también se puede emplear el segundo, pero siempre y cuando exista el tercero. Si el centro funciona, también irá bien la periferia, porque la circunferencia estará en su sitio, pero si solo tenemos el centro, sin la circunferencia, todo acabará en una especie de muerte.

Eso es lo que ha ocurrido con el ser humano. Por eso tantos pensadores occidentales sostienen que la vida carece de sentido. No es así. Solo se debe a que se ha perdido el contacto con el origen del sentido, del significado. Es como si un árbol perdiera el contacto con sus raíces. Entonces no habría flores, empezaría a desaparecer el follaje, se caerían las hojas y no brotarían hojas nuevas. Y entonces la savia deja de fluir, deja de existir la vida. El árbol se muere.

Y entonces el árbol puede empezar a filosofar, a ponerse en plan existencialista, como Sartre, por ejemplo, y ponerse a decir que ya no hay flores en la vida. Que la vida no tiene flores, que ha desaparecido la fragancia, que ya no hay pájaros... Y el árbol incluso puede empezar a decir que siempre ha sido así y que en la antigüedad se engañaban pensando que había flores, que eran puras imaginaciones. «Siempre ha sido así, la primavera nunca ha llegado, son fantasías de la gente. Son fantasías de los budas... que si crecen las flores, que si reina la alegría y sale el sol y aparecen los pájaros... No hay nada. Todo es oscuridad, todo es fortuito y nada tiene sentido.» El árbol podría decir esto.

Y la verdad no es que nada tenga sentido, que ya no haya flores, que las flores no existan, que la fragancia sea pura imaginación, sino sencillamente que el árbol ha perdido contacto con sus propias raíces. A menos que eches raíces en la «budidad», no florecerás, no cantarás, no sabrás en qué consiste una fiesta. ¿Y cómo se puede conocer a Dios si no se sabe lo que es festejar? Si os habéis olvidado de bailar, ¿cómo vais a orar? Si os habéis olvidado de cantar y de amar, Dios ha muerto. Esto no significa que Dios esté muerto, sino que está muerto en vosotros, en ti. Tu árbol se ha secado, ha desaparecido la savia. Tendrás que volver a encontrar raíces. ¿Y dónde encontrar esas raíces? Hay que encontrarlas aquí y ahora.

Osho-El Libro del Ego. Págs.13,15

Actúa en lo que de ti depende

Éstas son las palabras de un maestro anciano:

"Cuando era joven, me dolía el corazón por la violencia e injusticia de este mundo. Quería con toda mi alma darle un sentido profundo a mi existencia. Quería que, al morir, mi vida hubiera servido para marcar una diferencia en este mundo, aunque tuviera que pagar un precio muy alto para hacerlo.

Por eso mi oración era:

'Señor, dame la fuerza y la sabiduría para que mi vida contribuya a mejorar la adversa situación de este mundo.'

Después, siendo un hombre ya maduro, me di cuenta que no había podido cambiar nada, que el mundo continuaba igual o peor. Estaba frustrado porque me sentía impotente,
entonces modifiqué mi oración de la siguiente manera:

'Señor, ya que no pude cambiar el mundo, dame la fuerza y la sabiduría para ayudar a cambiar a mi familia y a mis cercanos.'

Ahora que soy un anciano, me doy cuenta de lo ingenuo y arrogante que fui al tratar de cambiar a los demás. En mi infancia me enseñaron que todos mis problemas eran culpa de otros, que mi felicidad y mi progreso no dependían de mí. Cuan equivocados estaban.

Como derroché mi vida fijándome en los errores de los que me rodean, culpando a los otros de mis problemas, en vez de enfocarme en reconocer y corregir mis propios errores, mi oración ahora es:

'Señor, dame la fuerza y la sabiduría para aprender a ver y a reconocer mis errores, para utilizar mi fuerza y mi poder personal, para ser cada día alguien que sabe crecer y elegir la acción constructiva en vez de la queja."

Piensa, ¿Cuán diferentes serían nuestras vidas, si la energía que hemos gastado en culpar a los demás de nuestros problemas, la hubiéramos empleado en resolverlos? Poco puedes hacer para cambiar al resto y mucho para cambiar tú mismo.
¿Qué puedes reconocer hoy?

Contra el Alzheimer..


SI CONSIGUES LEER LAS PRIMERAS PALABRAS, EL CEREBRO DESCIFRARÁ LAS OTRAS.

Inténtalo!!!!

C13R70 D14 D3 V3R4N0 3574B4 3N L4 PL4Y4 0853RV4ND0 D05 CH1C45 8R1NC4ND0 3N 14 4R3N4, 357484N 7R484J4ND0 MUCH0 C0N57RUY3ND0 UN C4571LL0 D3 4R3N4 C0N 70RR35, P454D1Z05, 0CUL705 Y PU3N735. CU4ND0 357484N 4C484ND0 V1N0 UN4 0L4 9U3 D357RUY0 70D0 R3DUC13ND0 3L C4571LL0 4 UN M0N70N D3 4R3N4 Y 35PUM4. P3N53 9U3 D35PU35 DE 74N70 35FU3RZ0 L45 CH1C45 C0M3NZ4R14N 4 L10R4R, P3R0 3N V3Z D3 350, C0RR13R0N P0R L4 P14Y4 R13ND0 Y JU64ND0 Y C0M3NZ4R0N 4 C0N57RU1R 07R0 C4571LLO.

C0MPR3ND1 9U3 H4814 4PR3ND1D0 UN4 6R4N L3CC10N; 64574M05 MUCH0 713MP0 D3 NU357R4 V1D4 C0N57RUY3ND0 4L6UN4 C054 P3R0 CU4ND0 M45 74RD3 UN4 0L4 L1364 4 D357RU1R 70D0, S010 P3RM4N3C3 L4 4M1574D, 3L 4M0R Y 3L C4R1Ñ0, Y L45 M4N05 D3 49U3LL05 9U3 50N C4P4C35 D3 H4C3RN05 50NRR31R.

S4LUD05 Y 83505

Anatomía del Espíritu

La Curación del Cuerpo Llega a traves del Alma
Reseña del libro "ANATOMIA DEL ESPIRITU”.
Autora: Caroline Myss, Ph.D.
Tarde o temprano todos los seres humanos enfermamos y el dolor reduce nuestra capacidad para el trabajo y el placer, llegando incluso a arrebatarnos la vida. Sin embargo pocas son las personas conscientes de que la enfermedad aparece cuando malgastamos nuestra energía. Permitimos que nos la roben o la encarrilamos hacia objetivos erróneos.
Comprenderlo así nos abre el camino de la autocuración, un milagro posible si interpretamos las dolencias del cuerpo como lo que lo de verdad son: expresiones de un malestar espiritual que SI tiene curación. Los miedos, las fobias, la falta de autoestima o el afan excesivo de control pueden tener repercusiones físicas insólitas y de difícil diagnostico, que solo podemos resolver
aprendiendo a mantenernos en contacto con nuestro YO mas profundo.
Aprender el leguaje del sistema energético humano es un medio para comprendernos a nosotros mismos, un medio para salir airosos de estos retos espirituales. Al comprender la anatomía de la energía identificara las pautas o modalidades de nuestra vida, y la profunda interrelación que existen en el funcionamiento de mente, cuerpo y espíritu. Este conocimiento propio nos proporcionara placer y paz mental, y al mismo tiempo lo conducirá a la curación emocional y psíquica.

Nos rodea una energía emocional generada por experiencias interiores y exteriores, tanto las positivas como las negativas. Estas fuerzas influyen en el tejido físico interno del cuerpo. De esta manera, la biografía de una persona, es decir, las experiencias que conforman su vida, se convierte en biología.
LA BIOGRAFIA SE CONVIERTE EN BIOLOGIA.

Nuestro cuerpo contiene nuestra historia, todos los capítulos, párrafos y versos, línea a línea, de todos los acontecimientos y relaciones de nuestra vida. Un miedo, por ejemplo, activa todos los sistemas corporales, el estomago se tensa, el ritmo cardiaco se acelera y tal vez el cuerpo comienza a sudar. Un pensamiento amoroso puede relajar todo el cuerpo.

Todos tenemos sentimientos negativos, pero no toda aptitud negativa produce enfermedad. Para crear enfermedad, las emociones negativas tienen que ser dominantes, por ejemplo, una persona puede saber que debe de perdonar a alguien, pero decide que continuar enfadada le da más poder.
Continuar obsesivamente enfadada la hace más propensa a desarrollar una enfermedad porque la consecuencia energética de una obsesión negativa es la impotencia. La energía es poder, y transmitir energía al pasado pensando insistentemente en acontecimientos penosos resta poder al cuerpo, (o sea lo debilita) y puede conducir a la enfermedad. El poder (que nos da la energía) es esencial para sanar y para conservar la salud. Las aptitudes que generan sensación de impotencia no solo conducen a una falta de estima propia, sino que también agotan la energía del cuerpo físico y debilitan la salud en general.
EL PODER PERSONAL ES NECESARIO PARA LA SALUD

Muchas personas desarrollan una enfermedad cuado pierden algo que para ellas representa poder, como dinero, un trabajo o cuando pierden a alguien a quien han investido de poder o de su identidad, como el conyuge, un progenitor o un hijo. Nuestra relación con el poder esta en el núcleo de nuestra salud.

Para que una terapia alternativa tenga éxito es necesario que la persona tenga un concepto interno del poder, una capacidad para generar energía interna y recursos emocionales, como por ejemplo, creer en su autosuficiencia. Es necesario tomar conciencia de lo que nos da poder. La curación de cualquier enfermedad se facilita identificando nuestros símbolos de poder y escuchando los mensajes que el cuerpo y las intuiciones nos envían acerca de ellos.
LA PERSONA PUEDE SANARSE SOLA

Curación total y cura no son lo mismo. Se produce una "cura" cuando la persona ha logrado controlar o detener el avance físico de una enfermedad. Curar una enfermedad física, sin embargo, no significa necesariamente que se haya aliviado también el estres emocional y psíquico que formaba parte de ella. En este caso es muy posible, y con frecuencia probable, que la enfermedad reaparezca.
El proceso de la cura es pasivo, es decir, el paciente se inclina a ceder su autoridad al medico y al tratamiento prescrito, en lugar de desafiar activamente la enfermedad y recuperar la salud. La curación en cambio es un proceso activo e interno que implica investigar las aptitudes,
los recuerdos y las creencias con el deseo de liberarse de todas las pautas negativas que impiden la total recuperación emocional y espiritual.
Conseguir salud, felicidad y equilibrio energético se reduce a centrar mas la atención en lo positivo que en lo negativo y a vivir de una manera espiritualmente coherente con lo que sabemos que es la verdad.
LA CONCIENCIA Y SU CONEXION CON LA CURACION.

Durante las cuatro últimas décadas se ha escrito mucho sobre el papel de la mente en la salud,
nuestras actitudes tienen un papel importantísimo en la creación y la destrucción de la salud corporal. La depresión, por ejemplo, no solo afecta a la capacidad de sanar, sino que deteriora directamente el sistema inmunitario. El enfado, la amargura, la rabia y el resentimiento obstaculizan el proceso de curación o lo impiden totalmente. La voluntad de sanar tiene un enorme poder, y sin ese poder interior una enfermedad suele salirse con la suya.
LA CONCIENCIA Y LA MUERTE.

¿Significa esto que las personas que no se curan no han conseguido ampliar su conciencia?, NO, en absoluto. Morir no significa no haber sanado. La muerte es una parte inevitable de la vida. La realidad es que muchas personas se curan de sus tormentos emocionales y psíquicos, y por lo tanto mueren "sanadas".
Al igual que nacemos en el momento idóneo para que nuestra energía entre en la tierra, también hay un momento idóneo para dejar la tierra, No tenemos que morir con dolor y enfermedad. La mente consciente es capaz de liberal el espíritu del cuerpo sin tener que soportar el dolor del deterioro físico. Esta elección la podemos tomar todos.
Tomar conciencia significa cambiar las reglas según las cuales vivimos y las creencias que conservamos. Nuestros recuerdos y aptitudes son literalmente las reglas que determinan la calidad de vida y la fuerza de los lazos con los demás.
¿PUEDEN SER CURADAS TODAS LAS ENFERMEDADES?

Si, por supuesto, pero eso no quiere decir que todas las enfermedades van a ser curadas. A veces una persona tiene que soportar una enfermedad por motivos que le servirán para afrontar sus miedos y su negatividad. Y a veces a una persona le ha llegado la hora de morir.
La muerte no es el enemigo; el enemigo es el miedo a la muerte.

El camino de la libertad emocional

Todo aquello que te dicen que debes de hacer para mejorar tu vida y te suena razonable y positivo pero que en realidad busca que entregues tu poder personal y pertenezcas necesariamente a alguna organización, que admires a algún líder, que sigas irracionalmente a algún guru, entre otras cosas similares, es un mecanismo que te sintoniza perfectamente para ser víctima del parasitismo. En algún momento te diste cuenta de que finalmente no descubriste esas verdades por tí mismo y buscas que alguien las descubra por ti. Cuando empieces a confirmar que todas esas conexiones hacia la única verdad están latentes y esperando en tu corazón y mente entonces empezará tu camino verdaderamente iniciático y no de mera dependencia. Tienes la libertad de acercarte, observar y sentir si algo o alguien tiene algo que decirte, pero todo al final son meras excusas para hacerte saltar en tu propia espiral de auto conocimiento.
Qué es un parásito entonces? Un parásito es todo organismo de cualquier tipo de frecuencia (incluyendo ésta por supuesto) que se alimenta y necesita tu miedo, tu rabia y tu frustración, para seguir existiendo. La ignorancia es su bien más valorado y hará todo lo posible para que esa situación se prolongue eternamente.

El pensamiento parasitario sintoniza a los seres humanos con estados de ánimo de víctima ocasionando con esto que los espacios de celebración y felicidad sean cada vez más inexistentes. A nivel fisiológico, esto empieza a atrofiar el normal crecimiento de la glándula TIMO, encargada del Sistema Inmunológico y la responsable de la creación de los glóbulos blancos, tan necesarios para la vida. Cuando el corazón es feliz canta en proporciones de Phi, y a este tipo de vibración se le denomina Phonon, que quiere decir una onda en un ambiente líquido, la sangre. La medicina, alegremente y sintonizando (para variar) con su filosofía de muerte y parasitismo, siempre ha dicho que la glándula TIMO acompaña el crecimiento de un organismo humano hasta cierto punto, después de lo cual deja de crecer y se atrofia. Eso es absoluta y definitivamente FALSO, lo que pasa es que en un organismo que ha interrumpido este proceso lo que le falta es FELICIDAD.
La Glándula TIMO tiene forma de mariposa. En realidad sus "alas" vendrían a ser unos parlantes captadores de la canción del corazón y espera que el corazón cante de felicidad, para trasladar dicha frecuencia a la creación de glóbulos blancos felices y acompañar en dicho proceso al ADN que está preparado para ser inmortal y no sólo para morir en la ignorancia.
Cuando una persona es feliz y está más conectada con sí misma, deja de juzgar a los demás y empieza a ver que no hay nada que esté separado de ella y que todos vivimos en el mismo "Campo Unificado" que tiene diferentes longitudes de onda. Por eso nunca se le ocurriría pensar que Dios es algo que está fuera o separado de ella porque cuándo se comprenden los procesos y la física detrás de la realidad y no nos basamos solamente en los textos sagrados (normalmente bastante manchados de sangre inocente) y que son un testimonio del parasitismo, se entra en un proceso de sintonía para estar preparados para montarnos en la "ola" del año 2012. Para pasar de vivir en una longitud de onda menor a otra mayor.

Afirmaciones para potenciar la abundancia mental

  • Merezco ser próspero y rico
  • Merezco cobrar por hacer lo que me gusta
  • El dinero es mi amigo
  • Yo soy suficiente y tengo suficiente
  • El hecho de que yo este presente es suficiente para obtener valiosos resultados.
  • Perdono a mis padres y al medico por el dolor que me causaron en mi nacimiento
  • Reconozco el amor que sienten ellos por mi y el que siento yo por ellos.
  • Ahora estoy preparado para triunfar
  • Me gusto a mi mismo y por lo tanto me gustan los demás
  • Mi riqueza contribuye a mi libertad y mi libertad contribuye a mi riqueza
  • Estoy seguro de que ahora hay suficiente para mi
  • Soy un canal de abundancia de dinero, belleza y paz para mi y los demás
  • Mis ingresos son mayores que mis gastos
  • Todo el dinero que gasto vuelve a mi multiplicado
  • Yo merezco amor
  • Yo soy valioso y merezco el éxito en mi vida
  • Una parte de todo lo que gano es para ahorrarlo
  • Cuánto mas me ocupo de mi, mas se ocupan los demás de ellos.
  • Me libero de la escasez en mi vida
  • Comparto mi prosperidad con los demás

Cinco son las corrientes que crean el Río de la Prosperidad. Cada una se asemeja a una serie de frecuencias con las que puedes sintonizar por medio de tus pensamientos, tus sensaciones físicas y tu actividad y experiencias, como si se tratara de una energía que fluye en el interior de un río profundo.
Las cinco corrientes que forman el Río de la Prosperidad son:
1. La Corriente del Feng Shui
2. La Corriente Sensorial
3. La Corriente Emocional.
4. La Corriente Creativa
5. La Corriente Racional.
Estas cinco corrientes siempre circulan por tu vida, y cuando permi­tes que fluyan sin obstáculos y suavemente, crean el Río del Oro. Cada una de ellas se asemeja a una serie de frecuencias que puedes sintoni­zar, una corriente o un ancho de banda de energía que fluye. Imagina que estás sintonizando una emisora en la radio. Lo que haces es sintonizar la frecuencia con la que se difunde, el ancho de banda de las ondas de soni­do de la radio de manera tal que puedes detectar la diferencia cuando te desvías mínimamente de esa determinada sintonía. De la misma manera, también puedes sintonizar cada una de las corrientes y detectar cuándo estás fuera de su cauce.
Cada una de las corrientes puede cambiar su posición respecto a las otras, sea aflorando a la superficie, sea, moviéndose en el fondo del Río del Oro, según si se le da el sitio que merece o no. La mayoría de las per­sonas se concentra exclusivamente en una de las corrientes e ignora las restantes. Imagínate que tratas de vivir con una mano que sólo tiene un dedo. Es posible, pero la vida es mucho más fácil y enriquecedora si los cinco dedos operan y se mueven con libertad.

La Corriente del Feng Shui guía el camino .
El arte chino de la ubi­cación es un sistema que existe desde hace muchos años y exalta los aspectos tangibles e intangibles de un lugar físico, la configuración del flujo del «viento y del agua» de tu entorno. El viento representa lo in­tangible: los pensamientos cognitivos, las intenciones y las emociones. Guarda la misma importancia que el agua, que representa todo aquello que podemos ver, tocar, gustar, oler y oír, así como los movimientos de nuestro propio cuerpo. El Feng Shui es el arte y la ciencia de crear ar­monía, paz, fluidez y abundancia con y para las personas dentro de su en­torno físico.
El Feng Shui es importante por derecho propio, dado que proporcio­na las indicaciones necesarias para saber en qué lugar has ubicado las po­sesiones materiales, el trazado del entorno que te rodea y, dentro de ese entorno, el lugar donde se sitúa tu sector de la riqueza. También repre­senta la energía de las otras cuatro corrientes materializadas en forma física. Tus posesiones materiales y su ubicación son manifestaciones exter­nas de tus energías mentales, emocionales y creativas. Todo lo que piensas y sientes acerca de cada uno de los objetos presentes en el espa­cio que habitas, así como el sentido que tienen en tu vida, se pone de ma­nifiesto en tu entorno.
Para el Feng Shui, los objetos materiales y su ubicación también simbolizan las líneas maestras de tu vida y lo que está sucediendo en y con ella.
Tu Corriente Sensorial funciona tal como cuando te tomas el pulso; percibes todo lo que tus sentidos detectan: la tensión en tus hombros, el cosquilleo en la garganta, la comezón que no te rascas, los dedos que jue­gan con el cabello, el malestar de estómago y el nudo en el pecho.
Esta corriente se centra en el conjunto de las sensaciones táctiles y de los ac­tos de cualquier parte de tu cuerpo que se conecte contigo o con otro.
El hecho de tomar conciencia de que tu respiración ha cambiado o de que has iniciado cualquier movimiento está relacionado con esta corrien­te. Prestar debi­da atención a las sensaciones de tu cuerpo implica que utilices tu Co­rriente Racional, lo que se traduce en una forma excelente de serenarse y calmar el agitado pensamiento de la mente analítica. Sintonizarse con la corriente sensorial de modo tal que sigas en movimiento y respirando, aun un poco, es también una forma de prevenir muchos de los dolores y molestias comunes que solemos sufrir, en especial los dolores de cabeza debidos a las tensiones y la rigidez muscular.

La Corriente Emocional fluye con libertad de una emocióna otra, lle­gando al extremo de inhibirse completamente según la cantidad de inter­acción que tú permitas. Esta corriente energética es como el océano, es decir que cada pocos minutos, las nuevas olas emocionales surgen inclu­so si la anterior todavía no ha desaparecido del todo. Es muy sensible, y si le das espacio, se asocia espontáneamente con las otras cuatro corrien­tes y con los estímulos visuales y táctiles que recibas.
Por lo general, los occidentales pensamos que el hecho de inhibir una de las emociones no tiene impacto alguno en las otras.
Esta creencia de­muestra falta de sentido común. Todas tus emociones se conectan con la misma fuente: tú.
Como todo está conectado, al obstruir la manifestación de una de las corrientes o cerrar la llave de paso para disminuir el cau­dal de salida, reduces la de las demás, creando con el tiempo o bien una acumulación que algún día deberá aflorar, o bien un estancamiento que en un momento dado obstruye al resto.
Tal como las olas, las emociones tienen un principio, una cresta y un final. Detener su ciclo es dejarlo incompleto en tu interior. La consecu­ción de un ciclo es tan simple como el hecho de permitirte vivir plena­mente la ola de una emoción.
¿Alguna vez has pensado en la razón por la que una persona se ve más joven que otra, cuando ambas tienen la misma edad? Averigua si obstruyen o detienen sus emociones o si viven plena­mente su ciclo completo.

La Corriente Creativa
es la expresión de la mente imaginativa y vi­sionaria que considera perfectamente posible un mundo irreal no lineal bajo un cielo lleno de conmovedoras imágenes. De la mano de esta co­rriente creativa, pensamos con nuestros corazones, oímos con nuestros ojos, y vemos con nuestro sentido del tacto. Éste es el lugar de la imagi­nación de los poetas, artistas, escritores y soñadores, y es también aquél donde los empresarios intuitivo s ven sus posibilidades.
Internet existe porque la Corriente Creativa se unió con la Corriente Racional a fin de crear e imaginar un flujo mayor. Decir «Hmmm, me pregunto si.. .», visitar una galería de arte o disfrutar de un paisaje, abre la llave que obstruye el paso de este flujo de energía. Ésta es la corriente que se estimula cuando te relajas. Es una corriente mental que puede aso­ciarse con la Corriente Racional, dejándola que descanse un poco. Imagi­na dos bueyes enyugados, labrando el campo. Dos cabezas y cuatro hom­bros fuertes hacen mucho más trabajo que un buey solitario.

La Corriente Racional es la clásica óptica cognitiva mental que utili­za la lógica intelectual. Pregunta el cómo y el porqué, analiza, hace lista­dos, se propone objetivos que realizar paso a paso, piensa, critica y deci­de si algo o alguien es bueno o malo. Las personas que se consideran a sí mismas «cerebrales» suelen inclinarse por esta corriente. Se debe a la Co­rriente Racional la creación de la mayoría de los aspectos lógicos y de los puntos centrales para el proceso de seguimiento en el terreno de la conta­bilidad, los negocios, la economía, las leyes y la ciencia. Las expresiones tales como «Puedo pensar» o «Seamos racionales» indican el flujo de esta corriente. Decir «No puedo pensar» indica que esta corriente se ha de­tenido, o bien que está alojada en un lugar subterráneo de nuestra con­ciencia.
Tu Corriente Racional puede fluir en círculos con mayor rapidez que cualquiera de las otras, creando lo que se llama una «parálisis del análi­sis». Cuando alguien dice que no puede dormir, o que se está volviendo loco, es con frecuencia señal de un nivel de hiperactividad de la Corriente Racional. El hecho de conectar o sintonizar con las otras cuatro co­rrientes ayuda a esta primera a serenarse. Este enfoque indirecto logra mi­lagros a la hora de tranquilizar la mente
Observemos ahora las corrientes en su conjunto: la Corriente Sensorial y la Corriente Emocional crean una increíble danza con la Corriente Crea­tiva. Piensa en las personas que hacen puenting, pintan, navegan, practi­can windsurf, escriben o cantan a voz en cuello, y tendrás una idea de las posibilidadesque ofrecen estas corrientes. Es posible que la Corriente Racional luche y venza a una o a cualquiera de las otras corrientes insis­tiendo en que son ilógicas, peligrosas y demasiado trilladas. Pero una vez que tu vida se equilibra, puedes discernir una de la otra y apreciar la ri­queza que cada una ofrece. Por ejemplo, la crisis de los cuarenta suele ser una señal de que las otras corrientes piden que les prestes una mayor aten­ción y que las valores.
Sabes que ambas, la Corriente Emocional y la Co­rriente Sensorial fluyen cuando puedes llorar, cantar, reír, suspirar, estre­mecerte, o sentir dolor en el pecho cuando alguien entona canciones nostálgicas.
El Feng Shui se ocupa de crear un recipiente sagrado, y puesto que la pro­tección en tu desplazamiento por las rápidas aguas del río es vital, es asi­mismo importante que te construyas un navío sólido para hacer el viaje. Sólido como una roca y completamente hermético.
Tu espacio es limita­do, en tu navío, tu hogar, tu espacio de trabajo y tu vida. Presta atención entonces y lleva contigo lo más importante. La integridad, la intención, la honestidad y el compromiso son las claves para hacer un viaje seguro río abajo.

INTEGRIDAD. La integridad es como un doble casco de tu navío. Es ahí donde tu pensamiento, tus emociones y tus sensaciones físicas armo­nizan con tus actos y conductas. Por ejemplo, creas integridad cuando lo que dices de una persona es exactamente lo que piensas y sientes acerca de ella. Abandonas la integridad cuando piensas y sientes algo distinto de aquello que expresas. El reto que se presenta aquí es el de encontrar la manera de unir la franqueza y la cordialidad en tu expresión cuando de­bes enfrentarte a un conflicto. Poseer este doble casco implica que puedes superar las rocas y las tormentas a las que se enfrenta tu navío.

INTENCIÓN. En palabras sencillas, tienes éxito cuando navegas por el río hacia la abundancia sólo si tienes la intención manifiesta de lograrlo. Esa intención hace las veces del timón que guía al navío, ese timón ocul­to, silencioso, bajo la línea de flotación, y cuya importancia es vital. Ha­blar de tus intenciones en voz alta, aun a solas, las hará aflorar a la super­ficie de modo que puedas crear una mayor armonía y mejores resultados en tu vida, con mayor abundancia incluida.
Definir una intención es un acto sencillo y a la vez profundo. Se tra­ta de que sintonices con tus sensaciones físicas y con tus emociones. Te serenas, te pones en sintonía contigo e imaginas, por un minuto, el tipo de sensaciones, experiencias y resultados que deseas durante y después de tus proyectos y de tu jornada. Considera lo que podría ser edificante, expansivo, creativo. ", aquellas cosas positivas y aquellas experiencias que querrías como resultado de tus interacciones.
Las intenciones son energías sutiles que guían tu vida. Hablar de ellas en voz alta, aun a solas, alertará y enviará esas vibraciones hacia el universo de modo que coincidan, creen resonancia y aporten mayor ar­monía y buenos resultados a tu vida. Una vez que comiences a definir in­tenciones claras, comprenderás cuántas intenciones flotan bajo tu vida y las vidas de otras personas. Dar estos pasos potenciará tus experiencias en el Río del Oro y el flujo de la abundancia dentro de tu vida.

HONESTIDAD. Son muchas las cosas que encubrimos y que se acumu­lan -cosas que parecen pequeñas y que, sin embargo, dañan la estanqui­dad de nuestro navío-, y luego no sabemos cómo es que «de repente» te­nemos una pila de cosas para reparar. La honestidad con uno mismo favorece la solidez e impide que el navío haga agua. La cuestión central aquí es no mentirse a sí mismo en cuanto a lo que uno siente, piensa y ex­perimenta. Nada debe pasarsepor alto. .
Dejas de ocuparte de los desacuerdos y las discusiones interiores y experimentas todo lo que para ti es verdadero. Tienes una honestidad a toda prueba, porque aun el valor más ínfimo es importante para ti.

COMPROMISO ¿Te has comprometido verdaderamente con esta trave­sía? Para ello, debes estar presente con todo tu ser, reunir toda tu energía, y centrarte de tal manera que puedas dar el primer paso y avanzar rumbo a un determinado destino. Es un acto sutil y, sin embargo, marca un cam­bio enorme en cuanto a tu habilidad para ir hacia delante y crear abun­dancia. O bien estás en condiciones de embarcarte o no lo estás. Esto no guarda relación con el tipo de persona que seas, es simplemente un indi­cativo de tu nivel de compromiso contigo en este momento.

Pregúntate: ¿estoy disponible? ¿He reunido mi energía, me he cen­trado en embarcarme en esta aventura? Si sientes dudas o algún tipo de experiencia emocional, es de hecho una respuesta negativa. Implica que, ahora mismo, no tienes disponibilidad para esta singladura. El compro­miso que adquieres es el pegamento que impide que tu navío se desinte­gre, de modo que embarcaremos sólo cuando hayas decidido comprome­terte a fondo.
La energía que fluye dentro del espacio vital de algunas personas está obstruida, o circula tan lentamente que es necesario liberarla y acelerar su movimiento. En este caso, el primer paso consiste en crear un espacio «racionalizado» , es decir, organizado de tal modo que sea más simple y eficiente.
Otra posibilidad es que la energía del espacio vital se mueva con de­masiada rapidez o se pierda, de modo que hay que tomar medidas para contenerla y disminuir la velocidad de su flujo.
También puede que algún sector del espacio falte o sea insuficien­te; por tanto, habrá que crearlo o agrandarlo.

Existen diversas «curas» de Feng Shui, destinadas a acelerar o dis­minuir la velocidad, evitar la dispersión, concentrar o contener el flujo.
En un espacio armonizado los objetos están ubicados de tal ma­nera que puedes moverte con naturalidad y cambiar rápidamente de di­rección.
Todas las cosas tienen su propia vibración, su propia señal energética de identificació n. Para que la energía se mueva, es necesario tanto un espa­cio libre como la existencia de objetos en el camino.

A mayor cantidad de objetos, a mayor desorden y menor espacio disponible, más se ralentiza­rá la energía, hasta estancarse y finalmente quedar detenida.
¿Nunca co­locaste un objeto en un sitio y un par de semanas después descubriste que había un montón de cosas encima? Es otra variante del tema de que lo se­mejante atrae a lo semejante.
Cuantos más objetos poseemos, mayor es la energía que consumimos para conservarlos. Utilizamos energía para limpiarlos, para tener un techo donde estén cuidados y protegidos, y para asegurarlos contra posibles da­ños o pérdidas.
Si superan una cantidad razonable, nuestras posesiones crean retrasos, consumen nuestra energía o crean un desvío.

Un desvío que tiene la astucia suficiente para alejarnos de nuestro verdadero sende­ro, esto es, del objetivo de nuestra existencia. A partir de la creación de líneas nítidas y de poco o nada de desorden podemos movernos con rapi­dez, detenemos en un cruce y cambiar de dirección sin perder ni el rumbo ni el equilibrio.
Deshacernos de aquellos objetos que ya no nos alegran el corazón es como liberamos de una pesada carga que hemos transportado hasta ese momento, o como tirar lastre por la borda. Tenemos un espacio más amplio y podemos movernos con mayor facilidad.
Poner orden en nuestro espacio no es algo que solemos hacer con placer o frecuentemente. Nos resistimos a tener mayor libertad y mayor flujo.
En la vida, suele ser necesario un detonante para que nos demos cuenta de que poseemos demasiadas cosas a las que hay que quitarles el polvo, además de tenerlas aseguradas.
¿Cuál sería este detonante? Quizás una relación o un trabajo que terminan mal, o un objeto valioso que se rompe. O alguien, por ejemplo tú, que se enferma gravemente.
Son lla­madas al orden, para eliminar los restos del pasado que bloquean el flujo dentro de nuestro espacio y de nuestras vidas.

Desorden. La energía que está a la espera para moverse, está en realidad estancada.
Las cosas que guardas «para algún día» suelen ser las que in­vaden tu espacio. ¿Cómo sabrás que ese «algún día» se anuncia? ¿Sonará una trompeta, o escucharás un trueno?
La energía estancada debe liberar­se para que fluya nuevamente. Ordenar tu espacio también ordena tu mente. Puedes, literalmente, ver con mayor claridad. Tener mayor espa­cio libre implica tener mayores opciones para moverse y reflexionar so­bre otras maneras de hacer las cosas.
Muchas personas se aferran a los objetos materiales, y también a sus emociones, conteniéndolas. Este aferrarse a las cosas supone la existencia de una vibración particular que impide la circulación del flujo de energía.
Deshacerse de un «tesoro» guardado largo tiempo también implica des­hacerse de las emociones que despierta. Por regla general, se trata de la tristeza y del miedo. La mayoría vive preocupada por el miedo y la pérdi­da, lo que expresan con un «¿y si un día lo necesito y ya no lo tengo?».
Asociamos el objeto con la situación y la persona que nos lo dio. Si somos receptivos y fluimos acompañando a las emociones que esta per­sona despierta, podremos agradecerle el regalo, aceptar que ya no nos interesa guardarlo, quizá devolvérselo, o dárselo a un pariente o a otro amigo y desprendemos de él.

También podemos enviarlo a alguna orga­nización solidaria. Cuando nuestra energía emocional no fluye, dar cual­quiera de estos pasos suele constituir un desafío.
Si la persona que nos lo regaló no está ya a nuestro lado, puede que lo conservemos para recor­darla aun si el objeto en cuestión no nos interesa. El desorden va siempre acompañado de emociones estancadas.

martes, 2 de octubre de 2007

Perdonar

El perdón es la regla de oro a través de la cual llegamos a conectar con nuestro ser. Es lo único que de verdad alivia y que de verdad sana. Muchas enfermedades mortales tienen que ver con el resentimiento, con la culpa. El perdón genera una sensación de absoluta libertad, porque nos permite desprendernos de esos sentimientos. Todas las enfermedades del aparato digestivo, tienen mucho que ver con la actitud de soltar, de desprendernos de las cosas, y no lo sabemos hacer. La verdadera posibilidad de redescubrirnos en términos de absoluta libertad, vienen a través del perdón.
Perdonar es un verbo, indica acción. Pero el hombre siempre se ha preguntado: ¿Cómo perdonar? Hay mucha gente que te dice «Yo ya perdoné», pero se encuentra con la persona perdonada o se enfrenta de nuevo a la misma situación y se eriza. No ha perdonado nada. El sentimiento permanece ahí, te lo dice tu cuerpo, tu energía, el recuerdo. He conocido a muchas personas que en un momento determinado de su vida tuvieron mucho dinero, se asociaron con alguien que provocó su ruina y que a continuación se pasaron veinte años lamentándolo. ¿Qué significa esto? Que prefirieron quedarse con el papel de víctima impotente y arruinada y no con el de persona emprendedora con potencial para hacer dinero que fueron antes de asociarse. Asumieron el papel de víctimas, se arruinaron y a partir de entonces el mensaje que transmiten es: «Te voy a demostrar el daño que me hiciste, y puedo llegar hasta lo último en mi vida, hasta la muerte para castigarte». Y resulta que la otra persona está disfrutando con el dinero; es gente que se daña a sí misma por el miedo a perdonar.
No se trata de la falsa noción de que perdón es presentarse de rodillas ante la otra persona. Es común esa noción de que perdonar es volver a meter en nuestra casa a la persona que a lo mejor nos sacó de ella. Pero no es eso. Perdonar es liberarnos de ese pensamiento, de ese recuerdo, y poner límites de una vez y decirle a esa persona: «Perfecto, fue maravilloso conocerte, hoy comprendo lo que me enseñaste -aunque uno no se lo diga así-, hoy comprendo la lección que me diste. Y ahora, gracias, pero no te quiero más en mi vida».
La idea real del perdón es llegar a sentir que nunca pasó, que nunca te hicieron daño porque en realidad nadie tiene capacidad de hacerte para hacerte daño. Si alguien te hiere es porque has puesto tu poder en sus manos, y ese alguien no sabe qué hacer con ese poder y te agrede. Tu ser no puede sufrir ataques, y toda defensa que hagas en tu vida va en contra de tu paz. La paz comienza, como dice el mismo Curso, cuando dejamos de querer tener la razón.
El perdón es una llave que cierra ciclos. Independientemente de cómo actúes ante cualquier cosa, ante una institución o una persona, siempre terminarás perdonándote a ti mismo, porque fueron tus pensamientos los que crearon las energías hacia esa persona, institución o cosa.