jueves, 24 de mayo de 2007

Los tres ingredientes, ¿cuál quieres ser?

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y como las cosas le resultaban tan difíciles. No sabia cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las coloco sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Saco los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.

Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿Qué ves?". "Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.

Muy humildemente la hija le preguntó: "¿Qué significa esto, padre?" Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: Agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.

La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo, eran únicos; Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.


"¿Cuál eres tú?", Le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes?

¿Eres como una zanahoria, que parece fuerte, pero cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres acaso un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te vuelves dura y rígida. Por fuera te ves igual, pero ¿Eres amargada y áspera, con un
espíritu y un corazón endurecido?

¿O tal vez eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición, el café alcanza su mejor sabor.

Si eres como el grano de café; cuando las cosas se ponen peor tu reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren. Entonces tienes el mejor de los elementos: La convicción y la intención de mejorar las cosas aún estando dentro de los peores tormentos y sufrimientos.
Sé creativo como el espiritu del café, si eres así entonces impregnaras con tu aroma a todas las cosas en su punto de perfección y nada te podrá vencer ni cambiar tu condición de entrega, da lo mejor de ti ante las adversidades de la vida.