jueves, 6 de marzo de 2008

Los Dos Hermanos

Los dos hermanos gemelos habían sido criados en el mismo hogar, por el mismo padre.
Compartían la dura experiencia de crecer bajo la tiranía, los injurias y los golpes de un padre alcohólico, autoritario e irresponsable. Frecuentemente, el padre tenía problemas con la policía.
Uno de los hermanos dejó la escuela y se convirtió en alcohólico. Se casó y actuaba como su papá con su familia, maltratándola. Apenas trabajaba y en repetidas ocasiones tenía problemas con la policía.
Una vez, le preguntaron por qué actuaba de esa manera. Él contestó:
- Con un padre y una infancia como la que tuve, ¿Cómo hubiera podido ser distinto?
El otro hermano, a pesar de la misma crianza difícil, nunca dejó de estudiar. Se casó y era un esposo fiel, atento, cariñoso y había aprendido a compartir, gracias a que había sabido escuchar a sus profesores, principalmente al de matemáticas, que lo acompañó durante toda la escuela secundaria debido a que era un buen muchacho y se preocupaba por aprender todos los días un poco más. Hoy, este profesor era un anciano y su mejor amigo.
También era un buen padre, sabía darle amor a sus hijos y ponerles un límite justo. Se volvió un empresario exitoso que aportaba mucho a su comunidad, era valorado y respetado por todos, por su sentido de la justicia y el buen trato que tenía con los empleados a su cargo. Sus amigos lo buscaban porque tenía palabras de aliento y de las otras que, cargadas de sabiduría, los ayudaba a reflexionar ante un problema, la mano extendida con muy buen humor y además siempre dispuesto a invitarlos a su casa, domingo por medio, a comer los famosos asados que, felices, preparaban con su esposa.
Un domingo de esos, le preguntaron a qué atribuía el éxito que había tenido en su vida.
Él respondió:
-Con un padre y una infancia así, ¿Cómo hubiera podido ser distinto?

Moraleja: No importa lo que te hicieron. Lo que importa es qué haces tú con lo que te hicieron. Y eso, lo controlas tú.