viernes, 14 de marzo de 2008

Nadie te puede guiar, tan solo mostrarte donde empieza el camino.

Igual que siempre aparece el maestro cuando estamos preparados, (ya pueden ser, un cuadro, la sonrisa de un niño, la lectrura de un pasaje de un libro de Osho, o una receta de cocina, por poner algunos ejemplos), el guía, no existe en el exterior, tan solo lo puedes buscar dentro de nosotros (donde todos habitamos en una conciencia plena y común "todos somos uno, y uno somos todos"), el miedo a lo incertidumbre a lo desconocido, causa que, muchas veces, pretendamos que otros vivan y decidan por nosotros, para evitar equivocarnos, y así evitar de paso el sufrimiento que viene a veces adjunto con dichas equivocaciones. La paradoja es, "para ser feliz, hay que haber sufrido antes", hay que joderse, el ying yang, esta presente en todo, no hay nada verdaderamente bueno, y viceversa. Para estar en el equilibrado, se ha tenido que visitar los extremos.