lunes, 9 de julio de 2007

Tu mente es un equipaje innecesario ...

Me hablaron de un hombre, un campesino, que viajó en tren por primera vez. Llevaba su equipaje sobre la cabeza, pensando: «Dejarlo en el suelo será excesivo para que lo lleve el tren, y yo he pagado solamente por mí. He comprado un billete, pero no he pagado por el equipaje.» Así que llevaba el hombre su equipaje sobre la cabeza. Por supuesto, el tren le llevaba a él y a su equipaje, y ya lo llevara sobre la cabeza o lo pusiera en el suelo, para el tren suponía lo mismo.

Tu mente es un equipaje innecesario. A la existencia que te está llevando le da lo mismo. Vas innecesariamente cargado. Arroja tu mente.

Los árboles existen sin la mente, y existen de una forma más bella que los seres humanos; los pájaros existen sin la mente y existen de un modo más extático que cualquier ser humano. Mira a los niños que aún no están civilizados, que todavía son salvajes. Existen sin la mente, e incluso un Jesús o un Buda se sentirían celosos de su inocencia.

No hay necesidad de tal mente. El mundo entero sigue girando sin ella. ¿Por qué cargas tú con ella? ¿Es que te crees que supondrá mucho peso para la existencia el llevarla? Una vez que la dejes, aunque sea por un solo momento, tu vida entera se transformará. Entrarás en una nueva dimensión, la dimensión de la ingravidez.

Las alas en el cielo, en el firmamento; la ingravidez te da las alas; y las raíces en la tierra, un asentamiento, un centro. Esta tierra y ese cielo son dos partes de una totalidad. Para esta vida, lo que se dice la vida de cada día, debes de tener raíces; y en tu espacio interior, en la vida espiritual, debes ser ingrávido y volar y fluir, flotar.

Todo el mundo está preñado de divinidad. El niño está ahí y ya lo has llevado durante demasiado tiempo. Hace mucho que pasó el período de nueve meses. Llevas algo en el vientre que necesita ver la luz, que necesita salir, que necesita nacer. Piensa en una mujer llevando un niño después del noveno mes. Se convierte en algo cada vez más pesado. Si la madre no da a luz, morirá, porque se convertirá en algo realmente insoportable. Ésa puede ser la razón por la que tienes tal ansiedad, angustia, tensión. Hay algo que necesita nacer en ti; una nueva vida salida de tu vientre.

Lo que has llevado hasta este momento como una simiente puede salir de tu vientre y convertirse en algo vivo, una planta viva. Pero si quieres que suceda es imprescindible que abandones tu mente. No puedes contar con ambas cosas simultáneamente. Vacía la taza. Arroja lejos la taza definitivamente, destrúyela.

Osho-El Arte del Té