Buda reunió a sus discípulos y les mostró una flor de loto, símbolo de la pureza, porque crece inmaculada en aguas pantanosas.
-Quiero que me digan algo sobre esto que tengo en las manos.
El primero expuso un verdadero tratado sobre la importancia de las flores.
El segundo compuso una bonita poesía sobre sus pétalos.
El tercero inventó una parábola y usó la flor como ejemplo.
Llegó el turno de Mahakashyap. Éste se acercó a Buda, olió la flor y acarició su rostro con uno de sus pétalos.
Es una flor de loto -dijo Mahakashyap -simple y bella, como todo lo que procede de Dios.
-Tú eres el único que ha visto lo que yo tenía en las manos -fue el comentario de Buda.