viernes, 18 de enero de 2008

Una Inteligencia abarcadora.

En la década de los '70, un investigador, el químico Marcel Vogel, trabajó intensamente con las plantas y su sensibilidad a los seres humanos y su capacidad de registrar las emociones y los pensamientos humanos. En una conferencia afirmó: "Es un hecho: el hombre puede comunicarse y se comunica efectivamente con la vida de las plantas. Las plantas son instrumentos sumamente sensibles para medir las emociones humanas. Irradian fuerzas energéticas benéficas para el hombre".

¡Podemos sentir esas fuerzas! Se alimentan en nuestro propio campo de fuerzas, que a su vez devuelve energía a la planta... Los indios americanos eran perfectamente conscientes de estas facultades. Cuando les hacía falta, iban a los bosques. Con los brazos abiertos, apoyaban la espalda contra un pino para volver a llenarse de su poder. Aparentemente, la vida retiene memoria y receptividad de los sentidos con capacidad para percibir, aun a nivel molecular. Los experimentos a nivel celular realizados por Backster y por le doctor Howard Miller, citólogo, revelaron que las células del esperma resultaron ser asombrosamente astutas, ya que parecen capaces de identificar y reaccionar a la presencia de su propio dador, ignorando la presencia de otros machos. Dichas observaciones darían a entender que una especie de memoria total puede llegar hasta la célula individual.. . La percepción no se detiene a nivel celular. Puede llegar hasta lo molecular, lo atómico o incluso lo subatómico. Es posible que un montón de cosas que fueron convencionalmente consideradas inanimadas deban ser reevaluadas.

Si bien podemos no ser conscientes de estas conexiones minúsculas, estamos empezando a darnos cuenta de que vivimos dentro de una inteligencia mayor que la nuestra. La vida, el flujo eterno de energía viva, es fruto de nuestra intención y atención y está pensada para satisfacer nuestras necesidades a través de la huella dentro de nuestro ADN celular. Con el poder de la conciencia activamos nuestro campo y atraemos, a su debido tiempo, lo que necesitamos.

James Redfield . Conciencia celular