miércoles, 9 de enero de 2008

Simplemente sucedió. No puedo culpar a nadie

Alguien le preguntó a Mulla Nasrudin, "¿Cómo conociste a tu mujer? ¿Quién te la presentó?" El dijo, "Simplemente sucedió. No puedo culpar a nadie".

Nadie puede culpar a nadie. Y no sucede por casualidad; es una elección. Una clase determinada de hombre elige una clase determinada de mujer. No es un accidente. Y la escoge por determinadas razones. Si esta mujer muere, él, de nuevo, escogerá el mismo tipo de mujer. Si él se divorcia de esta mujer, otra vez, se casará con el mismo tipo de mujer.

Puedes continuar cambiando esposas, pero a menos que el marido cambie, no hay un verdadero cambio. Solamente nombres que cambian, porque este hombre era el que elegía. A él le gusta una determinada cara, una determinada nariz unos ojos determinados, una forma de ser determinada.

Y eso es algo muy complejo. Si te gusta una determinada nariz -porque una nariz no es simplemente una nariz. Implica ira, implica ego, implica silencio, implica paz, implica muchas cosas- ­si te gusta una determinada nariz, puedes estar buscando una persona que te obligue a estar enfadado.

Una persona egotista tiene un tipo distinto de nariz. Puede parecer hermoso. Puede parecerte hermoso porque tú buscas a alguien que pueda crear a tu alrededor un infierno. Y antes o después, las cosas irán llegando. Puede que no seas capaz de ver su conexión, puede que no seas capaz de enlazarlas. La vida es muy compleja y estás tan implicado en ella que no puedes captado. Solamente lo verás cuando lo trasciendas.

Es como si vuelas en avión sobre Bombay. Ves a todo Bombay, cómo está distribuido. Si vives en Bombay y vas por las calles, no puedes observar toda su estructura. Bombay, al completo, no puede ser visto por aquellos que viven en Bombay. Solamente puede ser visto por aquellos que lo sobrevuelan. Entonces toda su estructura aparece. Entonces las cosas se ajustan a un
modelo. Trascender significa ir más allá de los problemas humanos. Entonces puedes entrar y ver.

He analizado a muchas, muchas personas. Hagan lo que hagan, no son conscientes de lo que están haciendo. Solamente toman consciencia cuando llegan los resultados. Van lanzando las semillas al suelo. No son conscientes, sino que solamente cuando tienen que cosechar se vuelven
conscientes. Y no son capaces de relacionar que ellos son la causa y ellos son los que cosechan.

Una mente que comprende que tú eres la causa, ha entrado en el camino. Ahora son posibles muchas cosas. Ahora puedes hacer algo respecto al problema que es tu vida. Puedes cambiarla. Simplemente cambiándote a ti mismo, puedes cambiarla.

Osho- Yoga La Ciencia del Alma. Vol.1 Pág. 161