Un día, el mulá Nasruddin y su mujer regresaban a casa a altas horas de la noche. En la casa habían entrado ladrones, y mujer se puso a chillar. Después le dijo al mulá:
-¡La culpa es tuya! ¿Por qué no cerraste bien cuando salimos?
Para entonces, todo el vecindario se había congregado. Era una noticia sensacional. ¡Han robado en la casa del mulá! Todos lo repetían a coro. Uno de los vecinos dijo:
-Yo ya me lo esperaba. ¿Cómo es que tú no? Qué descuidado eres.
Otro vecino dijo:
-Dejaste las ventanas abiertas. ¿Por qué no las cerraste antes de salir de casa? .
Un tercero dijo:
-Esta cerradura parece estropeada. ¿Por qué no la cambiaste? Y todos le echaban la culpa al mulá Nasruddin.
Entonces él dijo:
-Un momento, por favor. La culpa no es mía.
y todo el vecindario le preguntó a coro:
-¿Y de quién crees que es la culpa, si no es tuya?
-¿qué me decís del ladrón? -,dijo el mulá.
La mente siempre echa la culpa a algún otro. La mujer culpa al mulá Nasruddin, todo el vecindario culpa al mulá Nasruddin, y el pobre hombre no puede echar la culpa a ninguno de los presentes, así que dice: «¿Qué me decís del ladrón?»
Siempre echamos la culpa a otros. Esto te da la ilusoria sensación de que no has obrado mal. Quien ha obrado mal es algún otro: X, Y, Z... X esta actitud es una de, las actitudes básicas de nuestra mente. La culpa de todo la tiene siempre otro, y si podemos encontrar un chivo expiatorio, nos quedamos tranquilos; nos hemos librado de un peso.
OSHO
lunes, 25 de junio de 2007
Quién tiene la culpa? ...
Publicado por
Mario Amieva Balseca