Deepak Chopra
En la medida en que conocemos el amor, nos convertimos en amor. El amor es más que una emoción. Es una fuerza de la naturaleza y, por lo tanto, debe contener la verdad. Al pronunciar la palabra "amor" quizás captamos la sensación, pero su esencia no se puede expresar con palabras. El amor más puro se encuentra donde menos lo esperamos: en el desapego.
El más puro de los caballeros que sirvió a Arturo fue Galahad, a pesar de tener en común con el rey el hecho de haber sido concebido fuera del matrimonio. Aunque el hecho de que Galahad fuese hijo natural de Lancelot no conllevaba estigma alguno, cuando llegó el día en que debía convenirse en paladín de una dama de la corte, el rey Arturo se opuso y manifestó su descontento.
"No permitiré que seas el paladín de ninguna dama noble", declaró Arturo. Galahad se ruborizó y tartamudeó: "Pero, mi señor, todo caballero debe servir a una dama para demostrarle la pureza de su amor"
"¿Qué sabes tú del amor?", preguntó Arturo de una manera tan incisiva que Galahad se ruborizó todavía más intensamente. "Si estás tan ansioso de luchar por una dama, te presentaré a tres para que escojas". El rey mandó llamar inmediatamente a Margaret, una vieja lavandera de cabello cano y con verrugas en la nariz. "¿Le servirías a ella por amor, gentil caballero?", le preguntó Arturo.
La confusión de Galahad fue enorme. "No comprendo, mi señor", murmuró. Arturo lo miró fijamente e hizo salir a la mujer. "Traigan a otra", ordenó. Esta vez trajeron a una niña recién nacida. "Si Margaret te pareció demasiado vieja y fea, entonces, ¿qué piensas de esta dama? Es de noble cuna y no puedes negar su hermosura". Aunque no había duda de que la niña era muy hermosa, la confusión de Galahad iba en aumento. Sacudió la cabeza. "Este amor del que hablas es un amo difícil de complacer", dijo Arturo. Mandó llamar a una tercera dama y esta vez entró Arabela, una preciosa niña de doce años. Galahad la miró y trató de reprimir la ira. "Mi señor, es apenas una jovencita y mi media hermana", dijo.
"Pediste una dama a la cual servir", dijo Arturo, "y he sido lo bastante generoso como para presentarte a tres. Ahora debes decidir".
Galahad estaba aturdido. "¿Por qué te burlas de mi de ese modo?", preguntó.
Arturo hizo un gesto con la mano y en pocos minutos salió todo el mundo del gran salón y ellos dos quedaron solos. "No me burlo de ti", le dijo. "Trato de mostrarte algo que aprendí de mi maestro Merlín".
Galahad alzó los ojos y vio que el ceño de Arturo se había suavizado. "Mis caballeros dicen servir a sus damas por amor", prosiguió el rey, "y, a pesar de sus votos de amar castamente, la mayoría de las veces sienten pasión por aquellas a quienes sirven, ¿no es verdad?", Galahad asintió. "Y cuanto más grande es su pasión por las damas, mayor es su celo en servirles, ¿verdad?", preguntó Arturo. El joven caballero asintió de nuevo. "Merlín me enseñó otra forma de amar", dijo Arturo. "Piensa en la anciana, en la niña recién nacida y en la jovencita que es tu hermana. Todas ellas son manifestaciones de lo femenino, y en la medida en que esas formas cambian, lo que llamas amor cambia con ellas. Cuando dices que estás enamorado, lo que realmente estás diciendo es que has satisfecho una imagen que llevas dentro.
Así es como comienza el apego, con la inclinación por una imagen. Podrías afirmar que amas a una mujer, pero si ella llegara a traicionarte con otro hombre, tu amor se trocaría en odio. ¿Por qué? Porque tu imagen interior ha sido mancillada y, puesto que ésa era la imagen que amabas, el hecho de que haya sido traicionada te provoca ira".
"¿Qué puedo hacer al respecto?", preguntó Galahad.
"Mira más allá de tus emociones, las cuales cambiarán constantemente y pregúntate qué hay detrás de la imagen. Las imágenes son fantasías que existen para protegernos de algo que no deseamos enfrentar. En este caso se trata del vacío. A falta de amor por ti mismo, creas una imagen para tapar el vacío. De allí el intenso dolor que causa un rechazo o una traición en el amor, porque deja expuesta la herida abierta de tu propia necesidad".
"El amor es considerado como algo muy hermoso y elevado", se lamentó Galahad, "no obstante, tú lo haces sonar como algo horrible".
Arturo sonrió. "Lo que suele considerarse amor puede tener consecuencias horribles, pero ése no es el final de la historia. El amor tiene un secreto. Merlín me lo contó hace muchos años, como yo te lo confío ahora: Cuando puedas amar a una anciana, a una niña y a una jovencita de la misma manera, serás libre para amar más allá de la forma. Entonces se desatará dentro de ti la esencia del amor, que es una fuerza universal. Y dejarás de sentir apego — el llamado silencioso al cual obedece el amor ".
Cuando un mago habla de amor, se refiere a algo casi totalmente opuesto a lo que nosotros llamamos amor. Para nosotros el amor es un sentimiento altamente personal; para un mago es una fuerza universal. Para nosotros, el estar enamorados es una condición que con el tiempo se desvanece; el mago no se enamora porque permanece en la corriente del amor mismo. Pero la gran diferencia está en el apego. Hay apego cuando decimos: "Te amo porque eres mío". Esta forma de amor es en realidad una extensión del ego, el cual piensa constantemente en términos de "yo", mi y mío.
"Ustedes los mortales dicen amar cuando se sienten completamente atraídos por otra persona", dijo Merlín. "Su fantasía es poseer a alguien completamente, o bien ser totalmente poseídos. Pero los magos hablan de amor cuando se sienten totalmente libres de apego, sin posesión".
"¿Acaso no es eso simple indiferencia? ", preguntó Arturo.
Merlín sacudió la cabeza. "La indiferencia no tiene energía ni vida. El amor del mago es increíblemente vivo y fluye con la energía del cosmos. Para que eso suceda, debes ser como un recipiente vacío. Los mortales están tan llenos de ego que no tienen espacio para nada más. El mago está completamente vacío; por lo tanto, el universo lo puede llenar de amor".
Merlín habló suavemente, casi con ternura. "Enamorarte es una oportunidad maravillosa para ti", dijo. "Normalmente vives seguro tras los muros de tu propio ego. Te agrada la seguridad de tu refugio, tu invulnerabilidad. Con el amor se resquebrajan los muros, por lo menos temporalmente. Quedas expuesto y vulnerable, tal como lo temías, pero la emoción abrumadora del amor te hace vivir el éxtasis y no una sensación dolorosa como pensabas. En el mejor de los sentidos, enamorarse significa compartir lo desconocido con otra alma, estar dispuestos a marchar juntos hacia la sabiduría de lo desconocido" .
Para los magos no hay un amor elevado y otro más bajo —ése es el lenguaje de los juicios, y los magos no juzgan. "Si tu enemigo te insulta", dijo Merlín, "ése es un acto de amor. El impulso del amor se forjó en el corazón de tu enemigo, pero se convirtió en odio al pasar por el filtro de la memoria. Las experiencias pasadas distorsionan el impulso del amor en el momento en que brota hacia la superficie, pero lo que no debes olvidar es que toda expresión podría ser de amor si pudieras verla como es originalmente" .
"¿Es posible construir un puente entre el tipo de amor que sentimos los mortales y el que sientes tú?", preguntó Arturo.
"No es necesario construir puente alguno puesto que el amor es uno solo", replicó Merlín. "El amor personal que sientes por otra persona es una forma concentrada del amor universal; el amor universal es una forma ampliada del amor personal. Puedes experimentar ambas formas a plenitud, si te lo permites".